Durante casi un año sufrí de un dolor lumbar que no me dejaba hacer nada. Pasaba los días con calmantes, sin poder jugar con mis hijos ni trabajar como antes. Me recomendaron la Organización Humana Integral en Valledupar, y aunque al principio fui con dudas, desde la primera consulta sentí que estaba en buenas manos.

Me hicieron exámenes, me explicaron el tratamiento y me ofrecieron fisioterapia con un equipo súper profesional. A las pocas semanas, el dolor disminuyó muchísimo. Hoy, camino sin dolor, volví a ser activo y agradezco profundamente a todo el personal de OHI por haberme devuelto la movilidad y la esperanza.

Volví a caminar sin dolor gracias a ellos.

Volví a nacer gracias a OHI. Estaba embarazada cuando mi salud se complicó de una forma que nunca imaginé. En medio de ese tiempo, sufrí dos paros cardiorrespiratorios. Fueron momentos muy difíciles, no solo para mí, sino también por el riesgo que corría mi bebé.

Gracias al equipo médico de OHI, que actuó con rapidez, profesionalismo y, sobre todo, con humanidad, hoy puedo contar esta historia. No solo salvaron mi vida, sino también la de mi hijo. Estoy eternamente agradecida con cada uno de los médicos, enfermeras y personal que estuvo a mi lado.

Para mí, OHI no fue solo un hospital… fue el lugar donde volví a nacer.

Me trataron como ser humano, no como un número.

Yo había pasado por varias clínicas antes de llegar a OHI Valledupar, buscando ayuda por mi hipertensión descontrolada. En todos lados me atendían rápido, sin escucharme del todo. Pero en OHI fue diferente.

La doctora se tomó el tiempo de conocer mi historia, me ajustaron el tratamiento con precisión y, además, me ofrecieron apoyo psicológico, porque entendieron que mi estrés también estaba afectando mi salud. Hoy, tengo mi presión controlada y me siento más tranquila. Más allá del tratamiento, lo que más valoro es cómo me hicieron sentir: respetada, cuidada, escuchada.